Hace unos días me encontré a un grupo de adolescentes haciendo cola para besar, fotografiarse y pedir un autógrafo a unos jóvenes que desconocía. Lleno de curiosidad pregunté quienes eran y me respondieron unas niñas que eran unos bailarines de un concurso televisivo de hace tres temporadas. Me dijeron sus nombres, pero a dos pasos se me olvidaron.
Hace unos días me encontré con un amigo que es pintor, y de los buenos, por no decir que el mejor, y como tiene años le pregunté por esa larga lista de personas importantes que había conocido cuál de ellas le había impresionado. Sin dudarlo me dijo que Sofía Lore. Y no tanto por ser una estrella de Hooliwod que brilla por sí sola, sino por ser una buenísima actriz y tener el valor y el coraje de bajar al continente africano y abrazar, y besar, y curar a esos niños tan desfallecidos, restregando tiernamente en su sufrida piel una pomada curativa. Esa mujer es grande.
Cuando uno escucha, como el otro día, como la Hermana Dolores nos comentaba cómo era la Hermana Gabriela, aunque nos pesa y entristece su muerte, sus palabras se llenan de vida. Una vida entregada, intensa, alegre. Una vida para Dios y por Dios, ayudando a esos mocosos negros.
Quiero recomendar un libro en esta sintonía. Es el diario de Julio Rodríguez, hermano Marista, en sus últimos días de vida. Es el diario de un misionero mártir, la crónica del martirio de los hermanos maristas, asesinados en 1996, durante las masacres en Ruanda. Hombres que vivieron a tope su vida, no en un plató de televisión, sino en la más cruda realidad africana, siendo valientes porque amaron, muriendo por sus convicciones religiosas, por creer en Dios y amar mucho a unos pobres e indefensos refugiados africanos. Es la vida, la crónica, el diario de un hombre, de unos hombres que no piensan en la muerte porque su vida es una entrega diaria hacia los más desfavorecido, muriendo cada día viven para siempre, pues su humilde grano de trigo también da fruto.
El libro se titula “El Silencio de Dios” y está escrito por Santiago Martín, por la editorial Planeta-Testimonio.
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