jueves, 19 de febrero de 2009

Orlando, de Virginia Woolf



ORLANDO, de Virginia Woolf. La escritora narra en forma de una biografía de tal forma que muchas veces corta el relato para explicarlo, acotarlo, o rebelar fuentes o cubrir momentos oscuros de Orlando, joven caballero de futuro luchador y guerrero, que pronto entra en la corte de Isabel de Inglaterra como protegido y amante suyo; pero la literatura y el amor le apartarán del honor guerrero. Un amor no correspondido por una princesa rusa transformará su vida y el propio relato de las andanzas de Orlando. La búsqueda de sí mismo le llevará por caminos inesperados siempre cercanos a los libros y una incertidumbre interior. Cierta vez, cuando era embajador en Constantinopla, ocurre un cambio radical en su vida: se convierte en mujer pero no piensen en travestismo, o cosas parecidas se despierta en un cuerpo de mujer. Ese cambio irá unido a una completa alteración de la percepción de las cosas, de la vida, del amor, de los libros, de la sensibilidad por lo exterior y lo interior… de todo. Virginia Woolf critica y ataca la forma de ser educadas y tratadas las mujeres, como tales, entonces y ahora. “Orlando” no es sólo la historia y la biografía de ese personaje. El tiempo de la novela incluye más de 400 años, la mayor parte de ellos entre los 30 y los 36 años de Orlando, y en los que el personaje asume con naturalidad ese paso y se zambulle en las nuevas épocas por las que vive sin envejecer… además hay una fina, a veces, y gruesa, otras, ironía, y critica literaria; y hay luz y ciudades y campos y vida y futuro… Es un libro arduo, difícil y complicado e leer.



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