jueves, 26 de mayo de 2011

EL VERANO DE LOS FLAMENCOS. Jesús Javier Lázaro Puebla.

Buenas tardes, Amigos de Radio Puebla.


El pasado día 19 de mayo, nada más terminar la retransmisión de nuestro programa, El Desván de los Libros, recibí la calurosa llamada de mi amigo Jesús Javier Lázaro Puebla. Además de preguntarme por mi estado físico y anímico me invitaba a la presentación de su nuevo libro de poesía, El Verano de los Flamencos, en la Sala Trovador de Madrid, ubicada en el literato barrio de Huertas.

La sala pronto se lleno de color y poesía. Alberto Escarpa hizo una presentación muy cercana del autor y del trasfondo estival de estos versos. Donde, en palabras del Editor, el poeta expresa sus sentimientos vitales que muestra que en esta vida no hay nada, solo muerte.

No quiero quedar por traidor y, mucho menos, por mal amigo. Pero para que comprendáis mejor la poesía de vuestro poeta vayan los versos que en la presente edición de El Verano de los Flamencos acompaña, como biografía curricular la foto de Jesús Javier. Una imagen vale más que mil palabras. Una poesía vale, y demuestra, un sentimiento.


Esta es la tierra quieta, la que no tiene dueño.
Os voy a mostrar las verídicas manos
que moldean el corazón del hombre,
las lejanas termitas cortan las flores para todos los muertos
y abren las lluvias con sus veleros de arena.
Efímeros árboles crecen en la garganta como cristales de sal.
Alguien tira de la soledad, caen los caballos del horizonte,
su ceniza circular lleva el estrépito de los abandonados.
Los niños salen del invierno con sus herraduras de espinas;
el canto del guerrero desnudó la noche
y la sangre era una compacta cuerda
que arrastraba la densa cornamenta de la muerte.

Ahora tú puedes mirarme como si estuviera vivo,
mis arterías y este río se entrelazan
como un animal que lamiera la inmensidad del vacío.
Ven, tiende las manos a la lluvia, oye aquello que aclama sin cesar,
entra luego en la espesura donde los ojos resplandecen,
nos asustan como los gritos de la desolación
al despertar ante los negros muros de la tierra.

Buenas tardes, Puebla.
Un abrazo.

Gregorio
Guadalajara, 26 de mayo de 2011.

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